En la arquitectura de software, asegurar una comunicación efectiva entre los diferentes componentes de un sistema es vital. Una técnica efectiva para verificar estas conexiones es mediante la creación de mocks de interfaces. Esto implica crear varias implementaciones de las interfaces para imitar el comportamiento de los diferentes componentes. Al usar estos mocks, podemos probar los servicios de manera independiente, asegurándonos de que los mensajes que envían y reciben se adhieran a un estándar predefinido, comúnmente conocido como "contrato". Este enfoque nos permite validar las interacciones y la funcionalidad de cada servicio sin necesidad de las implementaciones o infraestructuras reales.